CIRQUE DU SOLEIL "DRALION"

Tras varios años consecutivos de trabajo sin descanso, el equipo realizador de Cirque comenzó a manifestar sus primeros indicios de cansancio, lo que provocó tensiones en el personal; como consecuencia de lo anterior, Dragone y Michel Crête abandonaron la compañía. Para ocupar los puestos vacantes y comenzar a trabajar en el siguiente espectáculo, Laliberté invitó a su ex director artístico, Guy Caron, con quien aún mantenía contacto, a pesar de la partida de éste en 1988. Así, convenció a Caron de abandonar la Escuela Nacional Circense de Canadá para volver a trabajar con Cirque du Soleil en un espectáculo inspirado en el mundo oriental.


Más allá de imitar el estilo abordado por Dragone en los anteriores proyectos, Caron determinó volver a las temáticas de Le Cirque réinventé. En sus propias palabras: «Me gusta una función que está llena de energía, sin intervalos, llena de actos intensos, divertida, con una gran energía en su punto de desenlace». Uno de sus principales objetivos fue trabajar con un equipo de colaboradores inexpertos en el Cirque, incluyendo un nuevo diseñador de escenario, Stéphane Roy, quien había trabajado junto con Laliberté y Gauthier en Baie-Saint-Paul, en el albergue juvenil Balcon Vert.


Además, varios de ellos no mostraron mucho entusiasmo en adoptar el nuevo estilo de Dralion, alarmándose por las diferencias de éste con la atmósfera y características que habían definido a las anteriores producciones de Dragone. Aún así, el espectáculo logró convertirse en el más exitoso de Cirque en ese año; incluso, la grabación para televisión del espectáculo obtuvo un premio Primetime Emmy. Cabe añadirse que el nombre de Dralion se origina de la combinación de las palabras «dragón» (criatura que representa Oriente) y el «león» (que hace referencia al mundo occidental), estando compuesto por doce actos, entre los que se incluyen números de ballet, acrobacias sobre el trapecio, danzas chinas, malabarismos y saltos de trampolín. Además, sus cuatro principales protagonistas hacen alusión a los clásicos cuatro elementos griegos: el agua (por el personaje llamado Oceane), el aire (por Azala), el fuego (por Yao) y la tierra (por Gaya).


Tras trece años de montajes, Dralion concluyó el 17 de enero de 2010, una vez acabada su representación en México. Tras adaptar el espectáculo para escenificarlo en estadios, ha comenzado una nueva gira por norteamérica (Estados Unidos y Canadá).


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