Pinti, la conciencia de la sociedad argentina

CRITICA DE TEATRO A 30 años de su debut, "Salsa Criolla" está más vigente que nunca. Si bien Enrique renovó el show, la obra tiene la base de siempre, con los cuadros emblemáticos que tanto furor han causado y siguen generando marcado interés. Calificación: Muy buena. 

POR: RICARDO FILIGHERA

Un verdadero acontecimiento teatral. Enrique Pinti regresó al Liceo para rendir tributo a sus “30 años de Salsa Criolla”, espectáculo que en esa sala, como se recordará, permaneció durante 10 años, un verdadero récord histórico, puntualmente desde el 85 hasta el 95.

Por lo menos dos generaciones tendrán la posibilidad ahora de vincularse con una propuesta escénica única en los escenarios argentinos. Para los que, por edad, tuvimos la suerte de conocer aquella verdadera patriada artística que había asomado como un intento de mezclar varios rubros y pensar, con mucho humor por cierto, lo que nos sucedía a nivel identidad e historia, ahora se presenta como un nuevo testimonio capaz de abordar otras lecturas. Y Pinti volvió, no sabemos si “será millones”, pero hasta ahora tiene una convocatoria que afirma la expectativa y el rigor creativo demandante de esta historia. Monólogo inicial y cierre de la obra con actualizaciones, al mejor estilo del actor. Punzantes, mordaces, irónicas y sumamente críticas sus anotaciones. Enrique renueva el show pero, en cuanto a la estructura, muy pocas comas o ensambles distintos. “Salsa Criolla” tiene la base de siempre, con los cuadros emblemáticos que tanto furor han causado y siguen generando marcado interés.

Blanco o negro

Tal como lo había definido, a modo de gran elogio, la revista Newsweek en esos años 80: “Pinti, la conciencia de la sociedad argentina”, renueva este acto de fe, convicciones y desgarramiento ideológico, con total verborragia y dureza. Con el actor no hay término medio ni grises: “Tómame o déjame”. La crítica que Pinti realiza a su propia clase social, a la que el pertenece, es sin anestesia, no hay redención, los términos poco académicos de Enrique se introducen por los pies de los espectadores, transitan por la médula, hacen explosión en el cerebro y tienen salida exterior. El que no haya comprendido los análisis de la figura realmente se los perdió. En cuanto al elenco que lo acompaña, Martín Salazar y Martín Sipickl son dos bastoneros impecables. Manejan la cuerda del humor, del baile, de la interpretación a un nivel de excelencia. El cuerpo de baile no le va en zaga: Micaela Barber Clas, Julia Montillengo, Mara Moyano, Silvina Tordente, Ariel Juin, Pablo Juin, Ignacio Pérez Cortés y Esteban Segovia desglosan talento e inquietudes en todos los momentos musicales. La escenografía de Renata Schussheim, acorde con el clima y las postales que acompañan a la estrella del show. Pinti le dio al monólogo jerarquía de género dramático.Niní Marshall (Catita), Pepe Arias (Mis queridos Filipipones), Luis Sandrini (Felipe), Mario Fortuna (El ñato Desiderio), Juan Carlos Altavista (Minguito), Tato Bores, Haydée Padilla (La Chona), Adolfo Stray, Pepitito Marrone han hecho del monólogo capítulos fundamentales del espectáculo nacional. “Salsa Criolla” sigue marcando rumbo e historia.